Mujeres jóvenes en la agricultura: ¿qué les impide quedarse?

  • Institut estudis horta
    • Institut estudis horta
    En un momento en que el campo necesita con urgencia renovación, ideas frescas y relevo generacional, muchas jóvenes siguen encontrando más barreras que caminos abiertos para emprender un proyecto de vida agraria. ¿Por qué sucede esto? ¿Qué frena a tantas mujeres a la hora de quedarse en el mundo rural o incorporarse al sector agrícola?

    Hablar de mujeres jóvenes en la agricultura es hablar de doble desigualdad: por edad y por género. Y es también hablar de futuro: porque sin ellas, no hay una agricultura con perspectiva de igualdad ni un campo sostenible a largo plazo.


    ¿Qué barreras enfrentan?

    1. Falta de modelos visibles
    Muchas jóvenes rurales no han tenido referentes femeninos en posiciones de liderazgo agrario. Si solo ven hombres como presidentes de cooperativas, titulares de tierras o responsables de explotaciones, es más difícil imaginar que ellas también puedan ocupar ese lugar.

    2. Desigualdad en el acceso a recursos
    El acceso a la tierra, a ayudas públicas, a formación técnica o a financiación sigue siendo más limitado para las mujeres, especialmente las jóvenes. Según datos del Ministerio de Agricultura, solo el 27 % de las ayudas a la incorporación agraria se otorgan a mujeres, a pesar de que representan una parte importante de la población rural joven.

    3. Presión social y expectativas familiares
    En muchas familias rurales, se sigue esperando que sean los varones quienes continúen la actividad agraria, mientras que a las mujeres se les proyecta hacia otros trabajos o se les carga con tareas de cuidado que dificultan su continuidad en el campo.

    4. Falta de conciliación y servicios básicos

    Las mujeres jóvenes con hijos/as o personas dependientes a su cargo encuentran serias dificultades para compatibilizar la vida familiar con el trabajo agrícola, especialmente en zonas donde faltan escuelas infantiles, centros de salud o transporte público.


    Qué dicen los estudios y programas europeos
    • El Plan Estratégico de la PAC 2023-2027 reconoce la necesidad de apoyar específicamente a mujeres jóvenes, con líneas prioritarias en ayudas a la incorporación.
    • El proyecto europeo GRASS CEILING está documentando las barreras institucionales, culturales y económicas que impiden a las mujeres jóvenes ocupar espacios de liderazgo agrario.
    • En España, comunidades como Galicia, Castilla-La Mancha o Navarra están experimentando programas piloto con cuotas femeninas en ayudas a la incorporación agraria.

    Para pensar como sociedad

    Que haya pocas mujeres jóvenes liderando explotaciones agrarias no significa que no quieran: significa que hay un entorno estructurado que se lo dificulta. Si no se transforman las condiciones de acceso, visibilidad, conciliación y formación, muchas de ellas seguirán marchándose.

    Pero también hay esperanza: cada vez más mujeres jóvenes deciden quedarse, emprender, innovar y liderar en el campo. Lo hacen con proyectos de agroecología, comercialización de proximidad, turismo rural sostenible o recuperación de saberes tradicionales. Y lo hacen buscando redes, espacios de apoyo y políticas que les acompañen.

    Preguntas para el debate

    • ¿Qué crees que hace más difícil para una mujer joven iniciar o continuar un proyecto de vida en el campo?

    • ¿Qué apoyos concretos (económicos, sociales, formativos) crees que serían más útiles?

    • ¿De qué manera la ciudadanía puede contribuir a que el campo sea un lugar más justo, atractivo y habitable para las mujeres jóvenes?
  • Carmen Fernández
    • Carmen Fernández
    Desde mi punto de vista es sencillo, el problema por el que no se ve muchas mujeres jóvenes en el campo, o jóvenes en general, es principalmente la rentabilidad. Si no conseguimos que la agricultura sea rentable para quien trabaja la tierra, acabará desapareciendo. Al menos como la conocemos. Sólo quedarán empresas o grandes propietarios...

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