En el campo, como en otros sectores, hay tareas que se ven y otras que no. Muchas mujeres han sido y siguen siendo parte fundamental del sistema agrario: cultivan, cuidan, organizan, sostienen. Sin embargo, gran parte de ese trabajo no ha sido reconocido ni valorado como debería.

Esta desigualdad histórica tiene consecuencias: menos acceso a derechos, menos visibilidad y, a menudo, menos capacidad de decisión.

Nos preguntamos:
– ¿Qué factores han hecho que el trabajo de las mujeres en el campo haya sido invisible?
– ¿Cómo afecta esto a su papel en la agricultura actual?
Queremos abrir una conversación donde todas las voces sumen.